La canción vallenata que inspira a Catherine Ibargüen antes de saltar

La canción vallenata que inspira a Catherine Ibargüen antes de saltar en las competencias

El periodista Mauricio Silva entrevistó hace unos meses a nuestra medallista olímpica Catherine Ibargüen para la revista Bocas. La ganadora de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016 confesó que hay un vallenato que la inspira.

Se trata del tema “Mi propia historia”, interpretado por Silvestre Dangond para el álbum ‘Cantinero’ y que es de la autoría de Aurelio ‘Yeyo’ Núñez. Veamos un fragmento de esta entrevista…


¿Es cierto que en el momento en el que usted se enfrenta a las competencias oye un vallenato que la dispara?
[Ríe]. Sí, es una canción que me dedicó mi mamá, que la canta Silvestre Dangond y que se llama Mi propia historia. Esa canción siempre me ubica en lo que quiero y me inspira mucho. Entonces, siempre antes de salir la pongo.

¿Cómo dice?
Algo así como: “Cada quien tiene en la vida su cuarto de hora, que lo motiva y lo entusiasma a ser triunfante…” [Risas]. Catherine Ibargüen

¿Siempre acude a la música?

Sí. ¡Pero ojo!, si necesito estar suavecita, pues escucho unas baladitas. Si necesito estar activa, como antes de la competencia, casi siempre me voy por el reguetón, el reggae y ese vallenato.

¿Cómo puede definir su fortaleza psicológica?, ¿en qué consiste?
En visualizar lo que tengo que enfrentar. En lograr la concentración. Yo busco esas cosas que, sé, me dan tranquilidad; porque ya conozco cómo tengo que estar bien y tranquila.

Sobre este privilegio, el compositor Aurelio ‘Yeyó’ Núñez dijo que “para mis es una gran satisfacción que a Caterine Ibargüen le guste la letra de esta canción, la hice con palabras que no hace un brujo, son palabras de fe y cariño, son una oración divina. Quise hacer una narrativa de mi historia, la forma como ha sido mi vida y los sacrificios por los que uno atraviesa. Ojalá algún día se dé la oportunidad de encontrarnos para hablarle con el corazón”.

En Río, donde el domingo hizo historia colgándose la medalla de oro olímpica, siguió seguramente sus rituales, a medio camino entre la estrategia, la superstición y la fórmula del éxito.

Tomado de: El Pilón

Catherine Ibargüen

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