‘Juancho’ Polo ‘Valencia’, como es conocido el juglar, creó, sin pensarlo, a través de la trágica muerte de su esposa Alicia, la canción más insignia de su repertorio y vida musical titulada ‘Alicia Adorada’, quien años más tarde grabó Alejo Durán.
El amor en ese tiempo era puro, se vivía sin prisa alguna y la etapa de noviazgo no duraba mucho. Polo se conoció con Alicia, y se casaron en 1942, en la parroquia del Cerro de San Antonio, ubicada en el corregimiento de Flores de María. Dos años más tarde Alicia quedó embarazada.
Mientras ‘Juancho’ Polo se la pasaba de viajes para buscar el sustento de su familia, Alicia se batía en una juerga monumental en Pivijay por sufrir una letal hemorragia por su embarazo. A ‘Valencia’ le llegó la noticia de que su esposa necesitaba medicamentos estando en Piñuela.
Como pudo, el juglar se devolvió a Pivijay para la entrega de medicamentos, pero llegó a una parranda que encontró en el camino y no salió del trance etílico sino hasta unos días más tarde cuando, al arribar a Flores de María, supo que su musa estaba muerta.
Se dice que a eso de las cuatro y media de la tarde, ‘Juancho’, llegó al cementerio del pueblo y frente a la tumba de su amada, soltó el lastimero canto que tiempo después se inmortalizó en la voz de Alejo Durán, el primero en grabarla.
La trágica historia de amor entre ‘Juancho’ Polo ‘Valencia’ y Alicia se ha cantado por décadas, y, se seguirá interpretando, incluso más allá de las fronteras del país y el continente.
Pasó un buen tiempo hasta que llegó a manos del gran Alejo Durán, un músico que era su extremo opuesto, al menos en materia de fama y licor. Durán no se tomaba una gota de licor; era el líder de su propio conjunto musical y su fama había florecido de la mano de canciones como ‘039’, ‘Altos del Rosario’, ‘La cachucha bacana’ y otras tantas composiciones suyas.
‘Alicia adorada’ hizo parte del repertorio final de Alejo en el concurso del Festival Vallenato donde consiguió la corona. Desde entonces, esta canción es obligada donde hay un encuentro vallenato, entonada en tarimas o en parrandas, a lo largo de los más de 50 Festivales de la Leyenda Vallenata.
Fuente: El Pilón