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Sicario que le quitó la vida a Rafael Orozco cuenta como lo hizo

ENTREVISTA DE LA REVISTA SEMANA
Clara escuchó disparos e inocente de la pesadillas que le esperaba afuera de su casa, salió en busca de un Rafael que yacía en el piso, llenó de sangre con nueve tiros de bala. Aunque le suplicaba que siguiera respirando mientras lo llevaba al hospital, era demasiado tarde para el vallenatero de oro.
 – Revista Semana ¿En qué otros asesinatos ha participado?
•Sicario: Yo me convertí en un sicario muy cotizado. Mi trabajo siempre fue reconocido por el “patrón” y así conocí mucha gente cercana a él. Había mucha gente que tenía cuentas pendientes y que tocaba arreglarlas. Entre ellas el cantante del Binomio de Oro y los hermanos Durán.
 – Revista Semana: ¿Acaso a Rafael Orozco no lo mataron por líos de faldas? 
 •Sicario: No, que va. Rafael Orozco llevaba cuatro años trabajando con el cartel de la Costa. Era uno de los mejores lavadores de dólares.
– Revista Semana: ¿Qué pasó con él? 
 •Sicario: Orozco le pidió a la gente de la Costa que le aumentaran su participación en el negocio. El recibía el 15 por ciento por cada embarque y quería que le subieran la cuota al 25 por ciento. La gente se molestó y no estuvo de acuerdo con él. Pero las cosas se complicaron en un viaje de regreso de Estados Unidos. Tres de los 12 acordeones, que venían con 12 millones de dólares, se perdieron. Orozco se comprometió a recuperar la plata, pero nunca cumplió.
 – Revista Semana: ¿Quién se robó la plata? 
 •Sicario: Nadie. El se torció y se quedó con el billete. Una vez fuimos a su casa y le dijimos: «Arregle esa vaina rápido porque la gente está muy molesta y ya le pusieron precio a su cabeza. Están ofreciendo 130 millones de pesos para que lo maten y hay muchos que quieren el trabajo”.
– Revista Semana: Luego, ¿qué ocurrió? 
 •Sicario: Se ordenó el asesinato y se escogió a un sicario llamado el “Mono” Del Veccio. Antes de matarlo se dio la orden de darle una última oportunidad para que devolviera la plata. Cuando Orozco salió de su casa para atender la visita que llegaba, él se molestó y nos echó. Cuando nos dimos la vuelta para subirnos al carro en que habíamos ido, se bajó el “Mono” Del Veccio, se acercó a Orozco y le metió nueve pepazos.
Fuente: Vallenatizate

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