«Mi papá me amaba más de la cuenta»: Martincito

Desde el pasado 14 de abril el nombre de Martín Elías Díaz Acosta encierra la noticia más triste del folclor vallenato. Su muerte sacudió las esferas de esta música que él aprendió desde niño a través de su padre Diomedes Díaz y que después con su talento y carisma se ganó su propio lugar. Martincito

En medio de la tristeza por la partida del artista, su hijo Martín Elías Díaz Varón, accedió a hablar en detalle de su papá. Lo primero que se hizo para lograrlo fue obtener el permiso de su progenitora Claudia Isabel Varón Sánchez, quien lo prestó por 14 minutos.

Él tiene nueve años y cursa cuarto de primaria en su natal Cúcuta, Norte de Santander. Tiene una manera hábil para hablar y sus conceptos son bien pensados. Antes de entrar en materia periodística, Martincito, como se conoce al niño, preguntó: ¿Qué me va a preguntar de mi papá?.

Y sin dejar que respondiera añadió: «Era demasiado cariñoso. Cuando llegaban las vacaciones se enfocaba conmigo. Siempre conmigo y después se unió mi querida hermanita Paula Elena».

Cuando se pretendió preguntar, siguió diciendo: «De las canciones que interpretaba mi papá y que ahora más que nunca no dejan de sonar me gustan ‘El látigo’, ‘El boom del momento’, ‘Ábrete’ y ’10 razones para amarte’.



Al entrar en silencio se le preguntó que si quería ser cantante como su papá y contestó: «Si Dios me permite quiero ser futbolista, pero… Uno no sabe. La vida es un baile que siempre damos la vuelta. Mi papá de pequeño quería ser futbolista y mire que terminó siendo un gran cantante. Entonces no sé. Lo que Dios quiera»

Entrando en el campo futbolístico habló de los equipos de sus amores. «Real Madrid y Atlético Nacional y de los jugadores me quedo con James Rodríguez y Macnelly Torres».

Me tiró un beso

‘Martincito’ se quedó pensando en fútbol y luego puso a rodar el balón de la vida, se le dibujó una expresión de tristeza en su rostro y a punto de llorar dijo: «Mi papá me decía ‘El negrito’ y la última vez que lo vi me dijo que me amaba y me tiró un beso. Yo le respondí que también era correspondido. Que lo amaba mucho».

Sin dejar que se hiciera una nueva pregunta ripostó. «A mi papá lo quiero recordar por su bella manera de tratarme, por sus canciones. El último regalo que me hizo fue una manilla y me dijo palabras bellas».

Volvió a quedarse pensativo y a los pocos segundos siguió hablando. «Tengo bellas palabras para los miles de seguidores de mi papá. A todos los que lo apoyaron de principio a fin y estoy seguro que mi papá seguirá cantando desde el cielo y los cuidará».

Algunos al verlo lo saludaban con cariño y de un momento a otro sorprendió con elocuentes palabras pensando en la muerte de su padre. «Yo dije, Dios mío por qué te lo llevaste si él era una persona buena, pero antes de venir la primera vez acá, un pastor me dijo que algunas personas buenas se iban porque Dios sabe todo y de pronto como mi papá ya estaba muy en fama, más adelante le pasarían cosas malas y por eso Dios lo necesitaba en el cielo».

Martincito no dejaba de hablar y de su papá se remitió a recordar a su abuelo Diomedes Díaz.

«Pienso que era un buen cantante y más compositor.  Apoyó mucho a mi papá, pero él no quería que sus hijos fueran cantantes, pero vea se decidieron por eso porque el vallenato cautiva. De las canciones de mi abuelo me quedo con ‘Mi muchacho’. Esa es una canción divina».

Mi papá me cantaba

Las explicaciones que daba ‘Martincito’ iban dando en el blanco del sentimiento porque su verdad calaba en lo más profundo. Sin darle tantas vueltas a su narración anotó: «Mi papá desde chiquito me cantaba. Mi mamá me dijo que me cantaba cuando ella estaba embarazada. Y cuando nací también lo hizo. Tuve un papá bello».

Por un instante las lágrimas quisieron asomarse, pero las esquivó con una leve sonrisa. Sin pausa continuó hablando. «La primera canción que me aprendí fue ‘Amor, amor, amor’, esa que grabó el Binomio de Oro. Después si las de mi abuelo y las de mi papá».

Al querer indagarle sobre la materia que más le gusta en el colegio no lo dudó y respondió que «Artística, porque cuando estoy preocupado me pongo a dibujar y eso me tranquiliza».

Regresó al tema del fútbol y manifestó que su ídolo James Rodríguez se había anotado un golazo. «Bonito detalle de James al invitarme al partido que jugará Colombia con Brasil en el estadio Metropolitano. El cuatro de septiembre en Barranquilla recibiré la camiseta del Real Madrid que James le había prometido a mi papá. James es un señor jugador y ojalá Zidane no lo tenga tanto tiempo en la banca». Lo anterior lo dijo muy serio.

Mensaje para El Gran Martín Elías…

Martín Elías Díaz Varón iba desgajando palabras que habían visitado su memoria y para dejar constancia de lo anterior sin mucho esfuerzo volvió a tomar el hilo de la charla donde el gran Martín Elías era el centro de su atención.

«A mi papá lo volveré a ver y no sólo por un día, sino para siempre. Todos sus seguidores y yo no queríamos que hubiera muerto, pero sí sabemos la decisión a tomar, y es seguir con el martinismo adelante. Él está feliz con Dios y con su papá allá arriba».

En un momento del diálogo pidió ver las fotos de su papá en la pantalla del computador. Se complació y enseguida comentaba que en casi todas aparecía riéndose como era su costumbre. En ese recorrido virtual apareció una gráfica donde su papá lo tiene abrazado. Entonces dijo: «Mi papá me amaba más de la cuenta», y se puso a llorar. La entrevista se acabó intempestivamente, así como se apagó la vida del gran Martín Elías.

Las lágrimas le hicieron compañía a ‘Martincito’, y de inmediato se recordó aquella célebre frase de ‘El Cacique de La Junta’, dicha a su ahijado para consolarlo. «Los hombres buenos cuando mueren del cielo nos miran todos los días»…

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