“Yo hago mis canciones cuando estoy enamorado, y cuando hay un motivo para componer un son bonito, estas dos cosas que yo he necesitado para sentirme inspirado y hacer una melodía, pero la gente que me ve callado ya cree que está fallando la memoria mía, pero el que lo crea está muy equivocado porque yo me siento como el primer día”.
El tema que ocupa nuestra atención nos hizo recordar el aparte transcrito, que corresponde a la canción titulada ‘Déjenme quieto’ de Armando Zabaleta que está en el LP El Reencuentro de Los Hermanos Zuleta, su contundente respuesta, altiva, con rima y melodía a quienes consideraban que se le estaba agotando la inspiración porque no hacia un canto cada semana, les recuerda que él hace sus canciones cuando le da la gana y muy especialmente cuando estaba enamorado y termina diciéndoles que “esos que me dicen que ya no compongo nada, les hice este canto para ver si me dejan quieto, pa ve si así no me siguen molestando, y de estarme preguntando lo que no les interesa, y aunque me digan que soy un mal hablado, pero me han obligado a darles esta contesta”.
Cuando uno escucha las canciones como la preliminarmente mencionada, la verdad da ganas de llorar cuando se comparan con la cantidad de vainas que por allí están grabando, muchas veces llamándole vallenato a lo que no es, disquitos de brindar, sin nada agradable para escuchar y que gracias al altísimo el año entrante nadie se acuerda de ellos, porque la copialina, lo mediocre y la falta de autenticidad son castigados inmisericordemente por el tiempo.
Lo que está sucediendo en la actualidad con la música más emblemática de Colombia merece una gran reflexión, desapasionada y urgente, requiere que todos sus protagonistas hagan un análisis retrospectivo, y examinar el presente si quieren que haya futuro, la gente se está cansando de lo mismo, parece que la mayoría de los intérpretes jóvenes se hayan puesto de acuerdo para uniformar lo que están grabando, son tan parecidos que es imposible diferenciar quien toca o quien canta, y ya los muchachos que comenzaban las parrandas con los estribillitos pegajosos e insulsos lo están haciendo con el catalogo de los más grandes entre los grandes, Poncho, Oñate, Diomedes, Beto Villazón y Silvio Brito, y la Radio que obligada por razones comerciales descarga gajos de sencillos y “canciones objetivo” ha tenido que modificar el libreto para mandar vallenato de línea gruesa ventiao.
No es mera casualidad, que algunas agrupaciones nuevas le hayan vuelto a grabar a Sergio Moya, a Marciano Martínez, a Yeyo Núñez, a Roberto Calderón , a Chiche Maestre y al resbaloso de La Jagua entre otros, les ha tocado reorientar el paquete porque la gente está pidiendo letra, cansada de brincar, las mujeres están reclamando su lugar como fuente de la inspiración, y los acordeones exigen que se les toque por los hombres, con la verraquera que están tocando las agraciadas damas, y no con piticos chiquicha que ocultan entre estropicios la falta de habilidad para crear arpegios.
Lo que está sucediendo en todo el país con ‘Me quito el nombre’ la canción de Roberto Calderón que en Barranquilla esta en el primer lugar del Hit Parade en la Radio no es producto del azar, es la respuesta del público harto de escuchar canticos livianos, es la reacción de las nuevas generaciones que no están dispuestas a seguir tragando entero, saben de letras y al escuchar lo que se hacía en el pasado, inédito a sus oídos lo valoran, lo acogen y les gusta.
Esa canción vino en el Corte 1 del Lado B del LP titulado ‘Vivo cantando’ de Silvio Brito y Ciro Meza que salió en el año 1984, y no es la primera vez que se encuentra en el copito de las preferencias del público, porque en aquel año como muchos otros maravilloso para la música vallenata se disputaba los primeros lugares con otras de similar calidad que se mantienen además como recurrentes en las programaciones musicales Radiales, de ese trabajo discográfico además fueron éxito De hinojos de Tijito Carrillo y ‘Estoy enamorado’ de Gustavo Gutiérrez, competían entonces con el LP 039 de Los Zuleta que nos regalaron ‘Esta es mi Historia’ también de Roberto Calderón, ‘Sorayita’ de Emiliano, ‘Amores que van y vienen’ de Gustavo Gutiérrez, ‘Era el amor de Julio Oñate’ y ‘La Estrella’ de Patillal de Rafael Escalona, por su parte Jorge Oñate con Juancho ripostaron con su LP ‘Canto y Tradición’ de allí salieron los éxitos Dime porque de Pedro García, ‘Dios lo libre’ de Roberto Calderón, ‘La contra’ de Leandro, ‘Mi nostalgia eres tú’ de Gustavo Gutiérrez y ‘No hay otra igual’ de Marcos Díaz; El binomio de Oro hizo lo propio, de su Álbum titulado “Somos el vallenato” impuso No se pedir perdón de Gustavo, Acéptame como soy de Marcos Díaz, Nuevo Juramento de Roberto Calderón, ‘El Parrandón’ de Alejo Durán y ‘Por algo será’ de Romualdo; Los Betos dieron a conocer el LP titulado ‘Por quererte tanto’ del mismo se desprendieron los éxitos ‘Lo mismo que siento yo’ de Nando Marín, ‘Puñado de Oro’ de Manjarrez, ‘Por quererte tanto’ de Marcos Díaz, ‘La demanda’ de Chema Moscote, y ‘Bendita suerte’ de Calderón; Alfredo dio palo en Barranquilla con ‘El Tigre de la montaña’ de Pacho Rada, ‘La fresa para el postre’ se la colocó un muchacho desconocido que con una sola canción de su primer LP El Arcoiris enfrentó de tu a tu a todos los grandes, Iván Villazón; la tapa a la cajeta la puso Diomedes que empezó el año con Colacho y su última producción juntos ‘El Mundo’ y terminó con el Cocha, sonaron en todo el país entonces ‘Se te nota en la mirada’ del Flaco de oro, ‘Felicidad perdida’ de José Hernández Maestre, ‘Mi Muchacho’, ‘Señora tristeza’ y ‘La Rasquiñita’ de Diomedes, y ‘De la misma manera’ de Camilo Namen.
Quienes les coquetean a la muchachera seguramente dirán que estoy loco, y les recuerdo que hasta para ser locos se necesita tener juicio, reitero lo que he venido sosteniendo, la música vallenata de verdad y mi pariente Silvio Brito Medina a pesar de todo, están viviendo su segunda juventud, ¡no la podrán enterrar grabando champeta con acordeón, lo demás Me vale…!
Fuente: Diario del Norte